11/28/2006

ya decidí qué quiero ser de grande, quiero ser una ninfa. las ninfas no nacen, señores; se hacen. algunas de nosotras nacemos con algún instinto para lo etéreo; otras lo tenemos que cultivar. esta elección, al igual que todas las demás en la vida, a casi nadie le viene fácil o natural y quien diga lo contrario miente.

y ojo, que eso no es una crítica; ya he intentado con la honestidad y he obtenido resultados irregulares, a pesar de lo que me ha vendido la tele, la escuela, mi mamá y hasta los héroes de mis libros más preciados (terrible traición); que al final, la verdad es la panacea para nuestros problemas que nos permite alcanzar una vida mejor. a partir de hoy comienzo el experimento de vivir de forma más coherente conmigo misma, es decir, aceptar que soy una fascista y que de ahora en adelante la honestidad es un derecho que los demás tendrán que ganarse. ¿por qué? por la sencilla razón de que nos quita a todos menos tiempo. ah, y además es más divertido...

entonces a partir de hoy, nada de desnudar el corazón por principio; la ninfa sutil dice sabes, me encantaría discutir esto, pero no me interesa.

y se va danzando hacia la obscuridad.

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