dejando el drama aparte, vivir la vida tal como es simplemente no es viable. todos tenemos que apretar culo y sonreír grande. escoge tu veneno. llámalo tu salvación, tu adicción, tu maldición y tu consuelo más sincero; probablemente tus seres queridos lo odian, pero tú sabes que es lo que te salva. lo que te permite seguir adelante sin levantarte por las noches a degollar a los incautos.

la sociedad podrá considerarlo un tabú o una virtud, dependiendo de la década y el color. el yoga y el vegetarianismo denotaban un carácter retrógrada a principios de siglo; hoy en día se les considera prácticas de los exitosos.

en mi opinión, todo vale, porque entre más feliz es la gente menos siente necesidad de joder a los demás. haz lo que te haga feliz, y procura devolverle algo al mundo.

sermón de domingo...

si tú no cuentas tu historia, otros lo harán. imaginad todos ustedes la historia de su vida según la contarían sus personas más cercanas... léase tu papá, tu hermana, tu hijo, tu amigo, tu mujer. vean si la idea misma no les hace correr a tomar pluma y papel.

léase que ésta ha sido la semana de las historias: toda una vida de labor detectivesca en la investigación de mi padre, una tarea titánica y frustrante, años de especulación y comparación de notas desde dos lados de un mundo, arrojan un solo resultado. No hay monstruo, no hay gran misterio ni secreto, ninguna loca encerrada en el ático, sólo un hombre que guardó un fiero silencio durante 35 años por razones que sólo a él le quedaron claras......

ellos (nosotros) contarán la historia, y todos los recuentos terminarán con 'claro... debió haberlo sabido'. y todos
asentirán, diciendo claro, claro.

todo es relativo, ¿eh? comencé este blog hace ya casi cuatro años, lo cual parece que fue ayer mismo por un lado, por el otro hace eones.... a veces se me dificulta reconocer, o recordar, a quien yo era entonces, lo que me importaba, lo que me alegraba, lo que me hacía llorar... de alguna forma, estos cuatro años --que no parecen nada-- han formado un abismo que yo ya no puedo cruzar, un abismo de la memoria que me hace contemplar a una extraña cuando miro hacia atrás.
sin embargo, en entrevistas P cuenta que fueron casi seis meses de estudio, más un año de componer. ésta es de nuevo la relatividad, me imagino. porque suena mucho más razonable decir que fueron dieciocho meses de productividad, porque decir que en realidad fueron más de cuatro años de toila, comenzando más atrás que el origen de la memoria, cuatro años y toda una vida que se llevó el río.

y en buena hora, dirían algunos.... pero lo que los demás dicen también es relativo, porque los otros siempre dirán lo que ellos creen que quieres, o que necesitas, escuchar. el problema con esto es que a veces tu propia historia la cuentan otros, y entonces cambia.

así como cuatro años (o dieciocho meses, según tus fuentes) nunca se han sentido tan cortos, nunca una semana se ha alargado tanto como ésta, tampoco. Eso no me molesta, porque no quiero que termine, con todo lo horrible que pudo ser.