adoro a mi ipod (favod). estas últimas semanas se ha convertido en casi apéndice, tanto que hasta escucho ruiditos cuando no traigo puestos los audífonos, escucho la música a todo lo que da, creo que un poco fuerte porque veo que los vidrios de las casas vibran a mi paso y al ritmo de mi canción, pero poco me importa. el alivio de poder levantar una muralla de sonido entre el mundo y yo, vale absolutamente todo, incluyendo el riesgo de que me aplaste una marquesina en llamas mientras yo ignoro los gritos de advertencia. de cualquier forma, estos días Me Vale Verga lo que me pase, así que lo único que realmente vendría a arruinarme el día es que me asaltaran y se llevaran mi ipod.... otra vez.
pero en fin en esta vida hay que correr riesgos, no.
entonces ahí voy, tratando de huirle al mundo, al mono en mi espalda y a los demonios y ánimas y otros bichos que se me andan pegando, camino todos los días de regreso del trabajo, para espabilarme, para despejarme, para (no) pensar, para (no) soñar, y entonces más bien camino como quien marcha por tierra de nadie, ignorando semáforos y viejitos y vendedores ambulantes,
y así es como ayer casi me voy, cuando vi un hueco en Patriotismo y me aventé para cruzar como si no hubiera un mañana, o más bien como a quien Le Vale Verga; y que los ocho condesitas que venían detrás de mí, todos como de doce años, pensaron que ésa era la señal para cruzar la calle y que se lanzan detrás de mí. por una vez mi burbuja de sonido se vio vulnerada, con el chirriar de frenos y claxons, me pasó rozando un Mercedes y bueno, casi a todos nos lleva la carambola, entonces así estuvimos de cumplir nuestros sueños, yo el de que si me atropellan, que por lo menos sea un buen auto; el de mi hermano, de llevarme varios Condechis The Next Generation como souvenir; y el de otras personas de dejarme embarrada por todo lo ancho de una gran arteria vial...
pero en fin en esta vida hay que correr riesgos, no.
entonces ahí voy, tratando de huirle al mundo, al mono en mi espalda y a los demonios y ánimas y otros bichos que se me andan pegando, camino todos los días de regreso del trabajo, para espabilarme, para despejarme, para (no) pensar, para (no) soñar, y entonces más bien camino como quien marcha por tierra de nadie, ignorando semáforos y viejitos y vendedores ambulantes,
y así es como ayer casi me voy, cuando vi un hueco en Patriotismo y me aventé para cruzar como si no hubiera un mañana, o más bien como a quien Le Vale Verga; y que los ocho condesitas que venían detrás de mí, todos como de doce años, pensaron que ésa era la señal para cruzar la calle y que se lanzan detrás de mí. por una vez mi burbuja de sonido se vio vulnerada, con el chirriar de frenos y claxons, me pasó rozando un Mercedes y bueno, casi a todos nos lleva la carambola, entonces así estuvimos de cumplir nuestros sueños, yo el de que si me atropellan, que por lo menos sea un buen auto; el de mi hermano, de llevarme varios Condechis The Next Generation como souvenir; y el de otras personas de dejarme embarrada por todo lo ancho de una gran arteria vial...
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